El acumulador y el cargador se calientan durante el proceso de carga.
La temperatura se vigila durante todo el proceso de carga. Si la temperatura sobrepasa un cierto valor límite, el proceso de carga se interrumpe automáticamente hasta alcanzarse de nuevo la temperatura admisible. Después el proceso de carga continúa automáticamente. De esta manera se impide que se sobrecalienten el acumulador y el cargador.
El AL 300 y el AL 500 han sido equipados con un ventilador que se conecta y desconecta si fuera necesario y que refrigera de forma activa el cargador y el acumulador durante el proceso de carga. En los cargadores de la primera generación el ventilador funciona de forma permanente.